Paisaje doméstico 2, 2018
Pasta cerámica refractaria y gres de colada esmaltada.
30 x 32 x 30 cm
Paisaje doméstico 3, 2018
Pasta cerámica refractaria y gres de colada esmaltada.
21 x 44 x 45 cm
Caricias y pellizcos, 2018
15 esculturas
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Paisaje doméstico 1, 2018
Pasta cerámica refrectaria y gres de colada esmatada.
45 x 45 x 50 cm
S/T. Serie Caricias y pellizcos, 2018
Óleo sobre lienzo
55 x 36 cm
S/T. Serie Caricias y pellizcos, 2018
Óleo sobre lienzo
55 x 36 cm
S/T. Serie Caricias y pellizcos, 2018
Óleo sobre lienzo
55 x 36 cm
S/T. Serie Caricias y pellizcos, 2018
Óleo sobre lienzo
55 x 36 cm
Caricias y pellizcos, 2018
15 esculturas
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Soporte ancestral, 2018
Pasta cerámica refractaria y gres de colada esmaltada.
35 x 30 x 22 cm
S/T , 2018
Dibujo y acuarela sobre papel
30 x 22 cm (x2)
Escalada gestual, 2018
Dibujo y acuarela sobre papel
76 x 57 cm
Política interior, 2018
Proyeccion sobre mesa con silla
50 x 90 cm
5'35''
Caricias y Pellizcos, 2018
Vista de la exposición.
Caricias y Pellizcos, 2018
Vista de la exposición.
Caricias y Pellizcos, 2018
Vista de la exposición.
Llamada interior, 2018
Pasta ceramica refractaria con engobe y esmalte
39 x 36, 32 cm
Llamada interior, 2018
Pasta ceramica refractaria con engobes y esmalte
39 x 36, 32 cm
Amarillo, 2018
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Bola, 2018
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Cabezón, 2018
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Capitán, 2018
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Lengua, 2018
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Cuadrado, 2018
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Cuello, 2018
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Falo, 2018
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Lengua, 2018
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Marino, 2018
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Nariz, 2018
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Piramide, 2018
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Trompo, 2018
Pasta cerámica pigmentada
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 cm y 15 x 15 x 12 cm
Caricias y Pellizcos, 2018
Vista de la Exposición
Politica Interior, 2018
Proyeccion sobre mesa con silla
50 x 90 cm
5'35''
Caricias y pellizcos, 2018
Vista de la exposición
Caricias y pellizcos, 2018
Vista de la exposición
Caricias y pellizcos, 2018
Vista de la exposición
Caricias y pellizcos, 2018
Vista de la exposición
Caricias y pellizcos, 2018
Vista de la exposición
Caricias y pellizcos, 2018
Vista de la exposición
Caricias y pellizcos, 2018
Vista de la exposición
Caricias y pellizcos, 2018
Vista de la exposición
Caricias y pellizcos, 2018
Vista de la exposición
Política interior, 2018
Proyeccion sobre mesa con silla
50 x 90 cm
5'35''
Caricias y pellizcos, 2018
14 esculturas
Pasta de barro pigmentado
Dimensiones variables, entre 25 x 22 x 15 y 15 x 15 x 12 cm
Exposición de cerámica que pone este material en diálogo con la escultura, la instalación y el vídeo, explorando el lenguaje de las manos en una serie de acciones que involucran el hacer, el gesto y la huella. Las cerámicas cuestionan dinámicas de política interior, como el diálogo entre lo duro y lo maleable; la izquierda y la derecha; lo orgánico y lo artificial; la simetría y el defecto. Son un conjunto de enunciaciones de gestos mezclados con residuos cotidianos. Como comentarios irónicos al paisaje hecho con las manos.
La poética de su trabajo está basada en la reflexión sobre dibujo y la pintura, llevando estos medios hacia los limites con la escultura. El objetivo es extender el espacio bidimensional al encuentro con el espectador y crear las topografías que se revelan mediante el recorrido. Las tramas atmosféricas y las pulsiones gestuales guardan una aproximación lírica con el oficio, para sumergirse en el paisaje a través de movimientos inesperados. Ha trabajado el territorio desde la cartografía para trazar libres recorridos donde confluyen el afecto, la memoria, el viaje y lo místico, en una búsqueda de la admiración respetuosa del entorno que pretende restablecer la relación esencial y espiritual con la naturaleza.
CUANDO EL PAISAJE ES LA PIEL
Sergio Alvarez
Los mecanismos que mantienen la vida odian exhibirse; acostumbran esconderse bajo una capa de belleza o una acumulación de accidentes que, según corresponda, llamamos paisaje o piel. Es a este encubrimiento estético que ha dedicado Natalia Castañeda Arbeláez su indagación artística.
Desde las primeras exposiciones, la reflexión sobre el paisaje, sus métodos y sus formas, atraviesa la obra. Hay pinturas que convierten el color en una mirada inquisidora de la naturaleza, hay instalaciones que invitan a interactuar con su fragilidad, hay esculturas que nos llevan a preguntarnos sobre lo que vemos y sobre la necesidad de representarlo. Hay ríos que fluyen como una forma de optimismo vital y hay videos que convierten la observación de la montaña en una meditación en la que la belleza y las dudas nos pegan como viento en la cara.
El trabajo de Natalia observa con atención la pasión estética del planeta y nos obliga a preguntarnos el porqué de su existencia. En Caricias y Pellizcos, Natalia se toma un respiro de las caminatas y los viajes y se encierra en el taller a trabajar la arcilla; un material que también se esconde bajo la superficie del mundo que vivimos pero que, una vez descubierto, ha dado al hombre casa, herramientas cotidianas y posibilidades de auto representación.
La arcilla es tal vez el material artístico más primitivo y es por eso mismo un material al que hay que entregarse sin prejuicios ni prevenciones. En manos de Natalia, la cerámica se convierte al mismo tiempo en piedra, cuerpo o paisaje industrial y su flexibilidad o dureza se esculpen como fetiche, desecho o piel.
En las esculturas de tamaño mediano opone lo industrial a lo sensual, lo que ha construido la máquina y lo que ha sido fruto del deseo de lo biológico por reproducirse. Son piezas que contraponen lo residual con lo efímero; figuras en las cuales la mano no intenta dar forma sino seguir el rastro de un mundo que se levanta gracias a la necesidad de amor, el capricho o la desesperación.
El tercer componente de la exposición es un video en el cual la reflexión sobre lo vivo y sobre su representación es un dialogo entre un brazo y una mano inquietos y sus dobles en barro. Lo que inicialmente es un homenaje pasa a ser conversación, juego de opuestos y complementarios, de izquierda y derecha, de fuerzas que sueltan o agarran. Una charla que tiene un momento de esplendor y, poco a poco, va perdiendo el jugueteo y la alegría y se convierte en reclamo y violencia.
¿Son el amor y el deseo una forma de plenitud o sólo el inicio de la decadencia? ¿Acariciarse, besarse o pellizcarse son caras de la felicidad o señales de una futura tristeza? ¿Por qué lo maleable pasa por el fuego y se hace piedra? ¿Por qué el deseo es también una manera de autodestrucción?
En últimas, Natalia convierte el barro en materialización del tiempo, muestra cómo el paso de los días destruye incluso el más hermoso paisaje o la más hermosa piel. Piel y paisaje son al mismo tiempo la máxima expresión de la belleza y fachadas de un mecanismo vivo que se agota, que muere, un mecanismo que, queramos o no, se descompone.
(Manizales, Colombia 1982)
Vive y trabaja entre Bogotá y Barcelona
Artista plástica y docente. Actualmente es doctorando del programa Realidad Asediada, Concepto, Proceso y Experimentación, de la Universidad de Barcelona, donde realizó el Master en Creación Artística Contemporánea (2017). Se licenció en Artes Plásticas en la Universidad de los Andes en Bogotá (2004), especializándose en Creación Multimedia en la misma universidad (2006). Obtuvo el DNSBA, en la École National Supérieur de Beaux-Arts en Paris, Francia (2009). Es profesora asociada en la Universidad de los Andes y en la Universidad Javeriana. Fue becaria de la residencia BATISCAFO en la Habana Cuba (2006), Residencia CRAC Valparaíso Chile (2011), y en el Laboratorio PINTURA ABIERTA, en el Banco de la República, Bogotá (2013).
© 2011 Isabel Hurley